Anna Brow tiene una lista de espera de un año para quienes desean diseñar sus cejas con su técnica exclusiva de micropigmentación. Su estudio en Madrid atrae a personas de toda España, incluyendo celebridades como la cantante Bad Gyal y la diseñadora de moda Maya Hansen.
Anna, cuyo nombre real es Ana Ollauri (Madrid, 1990), no duda en afirmar que fue la pionera en lograr cejas perfectas en España. Su viaje comenzó hace 15 años debido a un problema personal: una mala depilación en una peluquería que dejó sus cejas desastrosas, similares a las de Alaska. Este incidente la mantuvo un mes en casa, investigando en internet sobre cejas.
Descubrió que en España predominaban las cejas finas y arqueadas, aunque no favorecieran a muchas personas. Admiraba las cejas de las actrices de Hollywood, lo que la llevó a viajar a Estados Unidos para formarse con expertos en Los Ángeles. En su primer curso de diseño de cejas y coloración, sintió que había encontrado su verdadera vocación.
De vuelta en España en 2009, comenzó a trabajar en https://tr.ee/UA8exbPicp una multinacional americana de diseño de cejas, donde aplicó lo aprendido en Estados Unidos. Su técnica exclusiva rápidamente la posicionó en el mercado, atrayendo a clientas de todo el país. "Era un sueño hecho realidad", comenta Ollauri.
En 2012, logró un récord Guinness al realizar 382 cejas perfectas en ocho horas, un hito que impulsó su carrera y la motivó a emprender. En 2019, abrió su propia empresa de diseño de cejas y micropigmentación. La demanda ha sido tal que tuvo que mudarse a un espacio más grande para atender a su creciente clientela y alumnas.
Anna no acepta todos los trabajos. Si alguien busca cejas finas al estilo de los 90, como las que llevaban Linda Evangelista o Kate Moss y ahora Rosalía o Bella Hadid, Anna prefiere no atenderlos. Ella considera esta tendencia como una moda pasajera, que seguirán solo los más fanáticos.
Entre los errores más comunes que observa en el diseño de cejas, destaca la depilación en casa. Arquear demasiado las cejas o dejarlas de diferentes grosores es frecuente, ya que al depilarse uno mismo se tiende a gesticular, alterando la forma natural de las cejas. Otro error común es teñirse de rubio sin igualar las cejas al tono, creando un contraste visual poco favorecedor y agresivo.